El estado de California se encuentra en medio de un debate sobre el uso de césped sintético, con preocupaciones crecientes sobre los riesgos para la salud asociados con los productos químicos presentes en estos céspedes.
A pesar de una ley anterior que limitaba la capacidad de las ciudades y condados para prohibir el césped artificial durante la sequía, los demócratas en la Legislatura han propuesto proyectos de ley para desalentar su uso.
Estos proyectos de ley han sido impulsados por inquietudes sobre sustancias químicas como los PFAS presentes en el césped sintético, vinculados a diversas enfermedades crónicas.
Aunque los fabricantes están intentando abordar estas preocupaciones, el gobernador Gavin Newsom vetó un proyecto de ley que habría prohibido estos “químicos permanentes” en el césped sintético.
Este debate refleja las complejidades de las políticas medioambientales y de salud pública, con activistas y legisladores instando a considerar alternativas más seguras, mientras algunos argumentan a favor de la conveniencia y el ahorro de agua proporcionado por el césped sintético.
A medida que la investigación sobre los riesgos para la salud continúa, California se enfrenta a decisiones difíciles sobre la regulación de estos productos, equilibrando la sostenibilidad ambiental con la seguridad de los ciudadanos y el cuidado de la salud pública.
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