En un esfuerzo por abordar la escasez crónica de agua en California, los reguladores estatales votaron a favor de nuevas normas que permiten a las agencias de agua reciclar las aguas residuales y reintegrarlas en el suministro de agua potable.
Este paso marca un cambio significativo en la opinión pública sobre la reutilización del agua, antes resistida, pero ahora considerada crucial en medio de prolongadas sequías. California se convertiría en el segundo estado, después de Colorado, en adoptar esta práctica.
Las regulaciones requieren un tratamiento exhaustivo de las aguas residuales para eliminar patógenos y virus, incluso aquellos ausentes en las aguas residuales originales.
Aunque el proceso es costoso y está destinado a ciudades más grandes y financieramente sólidas inicialmente, se espera que aborde la creciente demanda de agua en un estado con más de 39 millones de habitantes.
Ciudades como San Diego ya han delineado planes ambiciosos para incorporar casi la mitad de su suministro de agua a partir de reciclaje para 2035.
Si bien las nuevas normas representan un avance tecnológico en la gestión del agua, las agencias necesitarán el respaldo público para llevar a cabo estos proyectos.
La transparencia será clave, ya que las reglas exigen que las agencias informen a los clientes sobre el agua reciclada antes de su implementación.
En un momento en que la sequía es una amenaza constante y el cambio climático complica aún más la situación, la reutilización del agua se presenta como una solución resistente que California necesita para satisfacer las crecientes demandas de agua de sus comunidades.
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