En una decisión que repercute en la polémica sobre el control de armas, un juez federal bloqueó temporalmente la aplicación de una ley en California que habría prohibido portar armas de fuego en la mayoría de los lugares públicos.
La legislación, firmada por el gobernador Gavin Newsom en septiembre, fue suspendida por el juez de distrito de Estados Unidos, Cormac Carney, quien argumentó que violaba la Segunda Enmienda de la Constitución al limitar la capacidad de autodefensa de las personas.
La medida, programada para entrar en vigor el 1 de enero, prohibía el porte de armas ocultas en 26 lugares, incluyendo parques, iglesias, bancos y zoológicos, independientemente de contar con un permiso.
La Asociación de Rifles y Pistolas de California celebró la decisión del juez, considerándola una victoria frente a lo que describen como un desafío directo a la Segunda Enmienda.
Esta acción legal agrega un nuevo capítulo al debate en California sobre el control de armas, en el que se enfrentan los defensores de la seguridad pública y aquellos que consideran que las restricciones infringen los derechos constitucionales.
La decisión del juez Carney destaca la tensión entre las medidas de control propuestas y la interpretación de la tradición histórica de la nación en materia de regulación de armas de fuego, según lo establecido por la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso New York State Rifle and Pistol Association v. Bruen.
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