En el tranquilo valle de Napa, California, se encuentra un fenómeno conocido como la “boca del Infierno”, un gran desagüe en el lago Berryssea.
Aunque parece misterioso, tiene una explicación científica. Construido en la década de los 50, este desagüe, con un diámetro de 22 metros, fue diseñado por ingenieros para controlar el nivel de agua del embalse.
Su activación se produce cuando el agua supera los 134 metros de altura, principalmente durante periodos de lluvias intensas, evitando así inundaciones en la región. Este peculiar dispositivo demuestra la ingeniería creativa aplicada para abordar los desafíos locales.
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