A partir de enero, California implementará dos leyes clave destinadas a abordar la creciente crisis de fentanilo en el estado.
La primera, el Proyecto de Ley 234 de la Asamblea, garantizará la disponibilidad de naloxona, un antídoto contra las sobredosis de opioides, en lugares de alto riesgo, como estadios y parques de diversiones.
Además, el proyecto de ley obligará a estos lugares a mantener dosis de naloxona y contar con empleados capacitados para su administración.
La segunda medida, conocida como el Proyecto de Ley 1166 de la Asamblea, expande las protecciones legales para aquellos que intervienen en casos de sobredosis y administran naloxona.
La actualización de la ley del buen samaritano del estado exime de responsabilidad en la mayoría de los casos a quienes administren Narcan de manera altruista, ofreciendo una salvaguarda legal crucial en la lucha contra las sobredosis de opiáceos.
Estas iniciativas buscan contrarrestar la alarmante tendencia de las sobredosis, que según un informe de 2020 del Departamento de Salud Pública de California, ha superado a los accidentes automovilísticos como la principal causa de muertes por lesiones no intencionales en los EEUU.
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